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miércoles, 23 de octubre de 2019

Punk, Actitud y Compromiso


No es lo rudo o lo crudo que su sonido pueda ser, ni su estética disruptiva, sino su actitud y combatividad ante las condiciones de injusticia e iniquidad del sistema político-social dominante, lo que caracteriza al “Punk”.


Hablar de punk es hablar de un posicionamiento ante el sistema de cosas imperante, los punks se han distinguido desde el surgimiento del movimiento durante la segunda mitad de los 70s, por su inconformidad y beligerancia.

Nacido en medio de crisis e inmovilismo social, como respuesta a un sistema político caduco e inoperante, ante una industria musical asimilada por las corporaciones y el mercado, con músicos mercenarios dedicados a sobrevivir como mano de obra calificada dentro del mercado del entretenimiento, mientras eran considerados semidioses. El punk explota como un grito violento, como un putazo en pleno rostro adormilado y complaciente de una sociedad alienada y domesticada.
 El movimiento declaró la guerra al statu quo del momento, a las buenas costumbres, los políticos, la monarquía, los empresarios, la relación disfuncional en todos y cada uno de los ámbitos personales y sociales, la autoridad y todo aquello que la simboliza o representa. Las letras de las primeras bandas dejan en claro ese antagonismo, estas tratan de situaciones personales de hastío e inadaptación, de inconformidad y desesperanza, de la turbiedad en que transcurren sus vidas adolescentes, sin opción de salida ni alternativa. El hazlo tú mismo fue y sigue siendo uno de los ejes del movimiento, crearon su propio entretenimiento y sus propios medios de expresión, los fanzines como los principales medios de divulgación de la escena, se extendieron por toda la geografía dando píe a redes de intercambio entre diferentes colectivos y entre países distantes, creando vínculos y enriqueciendo con esto la escena y el movimiento como tal, logrando sobrevivir aún y a pesar de la acción desarticuladora que el poder instituido atreves de sus aparatos (instituciones) y la sociedad alienada y homogeneizada ejercen.

Se puede considerar al punk como vanguardia no solo en el aspecto musical, sino social y cultural, todo esto con el prefijo “anti” por supuesto. La última vanguardia a mi parecer, del siglo XX, aunque generalmente es ignorado, y se considera que después del 68 ya nada pudo desempeñar el papel de los movimientos que protagonizaron e influyeron los acontecimientos de esa época, sobre todo en Francia. El punk bien puede considerarse como heredero del Dadaísmo, la Generación beat y el situacionismo. El rastro punk se puede adivinar en el gen de una gran variedad de expresiones culturales de nuestro tiempo, la irreverencia y la transgresión de patrones de expresión y conductuales, comunes hoy en día, muestran rasgos de ello.

Como movimiento juvenil que nace a partir de una necesidad real y coyuntural, de búsqueda de identidad propia, crean en su proceso, códigos y principios propios, la inconformidad para con el orden social dominante y la búsqueda de su transformación como principales motivaciones, constituyen su principio basal. La adolescencia en sí es una etapa de búsqueda y aprendizaje, en esta etapa el cuestionamiento de las condiciones de vida es una de las inquietudes predominantes y le predisponen a la adopción de ideas y doctrinas emancipatorias que poco a poco son incorporadas en su actuar cotidiano, configurando su posicionamiento ante los acontecimientos que se desarrollan en su entorno.

En toda aquella manifestación o movilización en que han participado, los punks se han caracterizado por su disposición al enfrentamiento, aún sin ser militantes de una ideología determinada, llegando en muchos casos a la confrontación violenta con los guardianes del orden, característica que puede ser producto de la íntima relación que el movimiento ha mantenido con la tradición “Skinhead” de tradición antirracista, corriente con la que se ha entrelazado y vinculado desde su origen, y con la cual ha llegado a convertirse en un solo ente, amalgama que queda de manifiesto en algunas corrientes dentro del punk.   

Por otro lado, esa distintiva actitud irreverente primigenia del movimiento se vio adicionada por el compromiso social aportado por la temática social introducida en las letras de las canciones de algunas agrupaciones. Podemos considerar que la primer banda que incorpora contenido social y manifiesta una abierta adhesión con las ideas de izquierda en sus temas es “the Clash”, vinculando con esto al movimiento con las ideas de cambio y liberación, ya no hay sólo letras hablando de descontento, sino de una determinada intencionalidad relacionada con temas e ideas concretos, definiendo un posicionamiento ante aquello que produce el descontento. De esa misma forma encontramos bandas como “Dead Kennedys” y toda una constelación de agrupaciones políticamente comprometidas y antagonistas, derivadas de lo iniciado por  “Crass” banda de ideas más claras, con un posicionamiento definido, sus miembros vivían en comuna y eran ya, militantes anarquistas. Aunque contrario a la actitud inicial del resto del movimiento, ellos promovieron el pacifismo, naciendo así la corriente más combativa y estructurada del género, un punk definidamente libertario. De esta forma, lo que vagamente y de manera circunstancial inicia con “Anarchy in uk” de “Sex Pistols”, viene a cobrar sentido y forma en el seno de un movimiento en evolución.

De esta manera el delgado hilo conductor en que la idea libertaria viaja a través de la historia se vuelve a engrosar dando origen a un renacimiento del activismo y difusión de las teorías anarquistas entre la juventud. Los fanzines ahora llamados solamente “zines” se politizan, por todo el mundo se forman colectivos, okupaciones, los chicos se adhieren a organizaciones de larga historia y crean sus propias organizaciones, las luchas por los derechos de la mujer, el movimiento lésbico gay, la defensa de los animales, el ecologismo radical, el antimilitarismo, el antiarmamentismo y la lucha antifascista se reactivan y enriquecen bajo el influjo del movimiento.

Prácticamente no hay país, que no haya sido tocado por el punk, tomando características propias al enriquecerse con las particularidades de cada lugar, e involucrándose en las diferentes luchas y problemáticas locales, llegando en algunos casos a tener una presencia destacada dentro de las redes de resistencia y a favor de las causas sociales.

La influencia que ha tenido en algunos movimientos contemporáneos es palpable en casos como el movimiento okupa y la creación de Centros Sociales Ocupados Autogestionados (CSOA) y la vinculación por medio de estos con el barrio o la comunidad en que están insertados. Aunque anterior e independiente al punk la okupación o squatting se reinventa y adquiere nuevos rasgos en contacto con el movimiento de orientación anarquista.

Otro movimiento en el que se puede encontrar el rastro punk es el movimiento autónomo, sobre todo el de los años 80s y 90s principalmente en Alemania en donde durante los 90s tuvo una considerable influencia dentro de los movimientos sociales, debido a la energía desplegada y  su forma de organización basada en el asamblearismo, la autogestión, la autonomía respecto al estado, partidos y sindicatos, siendo el antecedente directo para la formación del bloque negro que hace su aparición de manera evidente durante las manifestaciones contra la cumbre de la OMC en Seattle en 1999, convirtiéndose en un símbolo de la lucha Antiglobalización. De la misma forma es el principal potenciador e influencia del actual movimiento Antifascista, el cual se nutre de incontables militantes punks.

De entre los diferentes colectivos y movimientos de características prefigurativas, con participación punk, dentro de los movimientos de apoyo a migrantes, personas en situación de calle, Liberación Animal, ecologistas radicales y de apoyo a la comunidad LGBT cabe destacar la labor y trascendencia de “Food Not Booms” diseminado principalmente en occidente, y dedicados a proporcionar alimento a personas sin hogar y sin recursos, recolectando los sobrantes de supermercados, panaderías y comercios similares, más sus propias aportaciones, como una forma de resistir y contrarrestar los efectos del sistema económico dominante de una forma pacífica y autogestiva.

Las luchas ligadas a los pueblos originarios ha sido también un tema importante en el discurso y activismo punk. En América desde Canadá a la Patagonia la problemática indígena ha estado presente en la música, publicaciones, programas radiofónicos independientes y actividades de innumerables individuos y colectivos. El apoyo a las comunidades en temas como la defensa de su territorio, el reconocimiento de sus formas de organización, la defensa de su autonomía y el reclamo de su reconocimiento como miembros de la sociedad es ya, parte inherente de la temática y actividad del movimiento.
Pese a los intentos de someterle y domesticarlo, de la mediatización a la que se le ha querido ajustar y los intentos por convertirle en mero negocio, el espíritu del punk rebelde e insumiso persiste y continúa vigente.

Eduardo Lemus
Publicado en "Tres Flechas No.16"
Mayo 2019

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