Punk, Actitud y Compromiso
No es lo rudo o lo crudo que su sonido pueda ser, ni su
estética disruptiva, sino su actitud y combatividad ante las condiciones de
injusticia e iniquidad del sistema político-social dominante, lo que
caracteriza al “Punk”.
Hablar de punk es hablar de un posicionamiento ante el
sistema de cosas imperante, los punks se han distinguido desde el surgimiento
del movimiento durante la segunda mitad de los 70s, por su inconformidad y
beligerancia.
Nacido en medio de crisis e inmovilismo social, como
respuesta a un sistema político caduco e inoperante, ante una industria musical
asimilada por las corporaciones y el mercado, con músicos mercenarios dedicados
a sobrevivir como mano de obra calificada dentro del mercado del
entretenimiento, mientras eran considerados semidioses. El punk explota como un
grito violento, como un putazo en pleno rostro adormilado y complaciente de una
sociedad alienada y domesticada.
El movimiento declaró
la guerra al statu quo del momento, a
las buenas costumbres, los políticos, la monarquía, los empresarios, la relación
disfuncional en todos y cada uno de los ámbitos personales y sociales, la
autoridad y todo aquello que la simboliza o representa. Las letras de las
primeras bandas dejan en claro ese antagonismo, estas tratan de situaciones
personales de hastío e inadaptación, de inconformidad y desesperanza, de la
turbiedad en que transcurren sus vidas adolescentes, sin opción de salida ni
alternativa. El hazlo tú mismo fue y sigue siendo uno de los ejes del
movimiento, crearon su propio entretenimiento y sus propios medios de
expresión, los fanzines como los
principales medios de divulgación de la escena, se extendieron por toda la
geografía dando píe a redes de intercambio entre diferentes colectivos y entre
países distantes, creando vínculos y enriqueciendo con esto la escena y el
movimiento como tal, logrando sobrevivir aún y a pesar de la acción desarticuladora que el poder instituido
atreves de sus aparatos (instituciones) y la sociedad alienada y homogeneizada
ejercen.
Se puede considerar al punk como vanguardia no solo en el
aspecto musical, sino social y cultural, todo esto con el
prefijo “anti” por supuesto. La última vanguardia a mi parecer, del siglo XX, aunque
generalmente es ignorado, y se considera que después del 68 ya nada pudo
desempeñar el papel de los movimientos que protagonizaron e influyeron los
acontecimientos de esa época, sobre todo en Francia. El punk bien puede
considerarse como heredero del Dadaísmo,
la Generación beat y el
situacionismo. El rastro punk se puede adivinar en el gen de una gran
variedad de expresiones culturales de nuestro tiempo, la irreverencia y la transgresión
de patrones de expresión y conductuales, comunes hoy en día, muestran rasgos de
ello.
Como movimiento juvenil que nace a partir de una necesidad
real y coyuntural, de búsqueda de identidad propia, crean en su proceso,
códigos y principios propios, la inconformidad para con el orden social
dominante y la búsqueda de su transformación como principales motivaciones, constituyen
su principio basal. La adolescencia en sí es una etapa de búsqueda y
aprendizaje, en esta etapa el cuestionamiento de las condiciones de vida es una
de las inquietudes predominantes y le predisponen a la adopción de ideas y
doctrinas emancipatorias que poco a
poco son incorporadas en su actuar cotidiano, configurando su posicionamiento
ante los acontecimientos que se desarrollan en su entorno.
En toda aquella manifestación o movilización en que han
participado, los punks se han caracterizado por su disposición al enfrentamiento,
aún sin ser militantes de una ideología determinada, llegando en muchos casos a
la confrontación violenta con los guardianes del orden, característica que puede
ser producto de la íntima relación que el movimiento ha mantenido con la
tradición “Skinhead” de tradición antirracista, corriente con la que se ha
entrelazado y vinculado desde su origen, y con la cual ha llegado a convertirse
en un solo ente, amalgama que queda de manifiesto en algunas corrientes dentro
del punk.
Por otro lado, esa distintiva actitud irreverente primigenia
del movimiento se vio adicionada por el compromiso social aportado por la
temática social introducida en las letras de las canciones de algunas
agrupaciones. Podemos considerar que la primer banda que incorpora contenido
social y manifiesta una abierta adhesión con las ideas de izquierda en sus temas
es “the Clash”, vinculando con esto
al movimiento con las ideas de cambio y liberación, ya no hay sólo letras hablando
de descontento, sino de una determinada intencionalidad relacionada con temas e
ideas concretos, definiendo un posicionamiento ante aquello que produce el
descontento. De esa misma forma encontramos bandas como “Dead Kennedys” y toda una constelación de agrupaciones
políticamente comprometidas y antagonistas, derivadas de lo iniciado por “Crass” banda de ideas más claras, con un
posicionamiento definido, sus miembros vivían en comuna y eran ya, militantes
anarquistas. Aunque contrario a la actitud inicial del resto del movimiento,
ellos promovieron el pacifismo, naciendo así la corriente más combativa y
estructurada del género, un punk definidamente libertario. De esta forma, lo que vagamente y de manera circunstancial inicia con
“Anarchy in uk” de “Sex Pistols”, viene a cobrar sentido y forma en el seno de
un movimiento en evolución.
De esta manera el delgado hilo conductor en que la idea
libertaria viaja a través de la historia se vuelve a engrosar dando origen a un
renacimiento del activismo y difusión de las teorías anarquistas entre la
juventud. Los fanzines ahora llamados solamente “zines” se politizan, por todo
el mundo se forman colectivos, okupaciones, los chicos se adhieren a
organizaciones de larga historia y crean sus propias organizaciones, las luchas
por los derechos de la mujer, el movimiento lésbico gay, la defensa de los
animales, el ecologismo radical, el antimilitarismo,
el antiarmamentismo y la lucha antifascista se reactivan y enriquecen
bajo el influjo del movimiento.
Prácticamente no hay país, que no haya sido tocado por el
punk, tomando características propias al enriquecerse con las particularidades
de cada lugar, e involucrándose en las diferentes luchas y problemáticas locales,
llegando en algunos casos a tener una presencia destacada dentro de las redes
de resistencia y a favor de las causas sociales.
La influencia que ha tenido en algunos movimientos contemporáneos
es palpable en casos como el movimiento okupa
y la creación de Centros Sociales
Ocupados Autogestionados (CSOA) y la vinculación por medio de estos con el
barrio o la comunidad en que están insertados. Aunque anterior e independiente
al punk la okupación o squatting se reinventa y adquiere nuevos
rasgos en contacto con el movimiento de orientación anarquista.
Otro movimiento en el que se puede encontrar el rastro punk
es el movimiento autónomo, sobre todo
el de los años 80s y 90s principalmente en Alemania en donde durante los 90s tuvo
una considerable influencia dentro de los movimientos sociales, debido a la
energía desplegada y su forma de
organización basada en el asamblearismo,
la autogestión, la autonomía respecto al estado, partidos y sindicatos, siendo el
antecedente directo para la formación del bloque negro que hace su
aparición de manera evidente durante las manifestaciones contra la cumbre de la
OMC en Seattle en 1999, convirtiéndose en un símbolo de la lucha
Antiglobalización. De la misma forma es el principal potenciador e influencia
del actual movimiento Antifascista, el
cual se nutre de incontables militantes punks.
De entre los diferentes colectivos y movimientos de
características prefigurativas, con participación punk, dentro de los
movimientos de apoyo a migrantes, personas en situación de calle, Liberación Animal, ecologistas radicales
y de apoyo a la comunidad LGBT cabe destacar la labor y trascendencia de “Food
Not Booms” diseminado principalmente en occidente, y dedicados a proporcionar
alimento a personas sin hogar y sin recursos, recolectando los sobrantes de
supermercados, panaderías y comercios similares, más sus propias aportaciones,
como una forma de resistir y contrarrestar los efectos del sistema económico
dominante de una forma pacífica y autogestiva.
Las luchas ligadas a los pueblos originarios ha sido también
un tema importante en el discurso y activismo punk. En América desde Canadá a
la Patagonia la problemática indígena ha estado presente en la música,
publicaciones, programas radiofónicos independientes y actividades de
innumerables individuos y colectivos. El apoyo a las comunidades en temas como
la defensa de su territorio, el reconocimiento de sus formas de organización,
la defensa de su autonomía y el reclamo de su reconocimiento como miembros de
la sociedad es ya, parte inherente de la temática y actividad del movimiento.
Pese a los intentos de someterle y domesticarlo, de la
mediatización a la que se le ha querido ajustar y los intentos por convertirle
en mero negocio, el espíritu del punk rebelde e insumiso persiste y continúa
vigente.
Eduardo Lemus
Publicado en "Tres Flechas No.16"
Mayo 2019