Crónicas De Humo 4
Después de varios días de observar el espectáculo de la persecución de ilegales, me decidí a cruzar. Al día siguiente me despedía de mi amigo en la frontera, en el cañón Zapata. Corrimos a través del cerro, bajamos al friguey, lo cruzamos y volvimos a subir a una zona habitacional en donde nos esperaba el vehículo que nos llevaría, fue ahí que pude ver a mis compañeros de travesía, era la necesidad buscando el futuro, el dolor huyendo de su fuente, y una mujer preñada. Una colección de sueños por alcanzar que viajarían amontonados en un vehículo compacto sin asiento posterior.
Después de viajar por cerca de medía hora fuimos sorprendidos por la migra, el conductor tomó terracería y logró evadirlos, esa noche dormimos entre arbustos y bichos que recorrían el cuerpo sin poder saber que eran, pegados a la cerca de una casa muy grande.
Terminaba el otoño y empezaba el invierno, el frío dolía ya, de la chimenea de la casa nacía un humo blanco muy tenue que nos acompañó toda la noche.
Observando la hebra de humo me preguntaba, si alguna vez ellos habrían pasado por una situación igual, la de ser nada en un lugar extraño y hostil, por necesidad.
Después de viajar por cerca de medía hora fuimos sorprendidos por la migra, el conductor tomó terracería y logró evadirlos, esa noche dormimos entre arbustos y bichos que recorrían el cuerpo sin poder saber que eran, pegados a la cerca de una casa muy grande.
Terminaba el otoño y empezaba el invierno, el frío dolía ya, de la chimenea de la casa nacía un humo blanco muy tenue que nos acompañó toda la noche.
Observando la hebra de humo me preguntaba, si alguna vez ellos habrían pasado por una situación igual, la de ser nada en un lugar extraño y hostil, por necesidad.
Eduardo Lemus