Crónicas De Humo 3
Su lengua trabada entre los dientes no le permitía pronunciar ni una frase completa, y explotábamos en carcajadas, abrazados por el humo de un cigarro moribundo, luego, un largo silencio con los ojos fijos en el asfalto, su pelo caía cubriéndole el rostro, pero no sus labios negros, luego de nuevo a tratar de estructurar palabras que no salían como debían ser, la forma de su boca al pronunciar era algo que no podré describir jamás, ni olvidar, luego un trago y una calada más, para volver a intentar, “Yoni jit anran polin”
Eduardo Lemus