Intolerancia
Creí salir del abismo, pero no es así, quise expandir mi
mente y abarcar lo más posible, aceptar lo no correcto, lo diferente, la incongruencia.
Pero ahora regreso lentamente, en un descenso lento muy lento pero constante,
desciendo de espalda al todo, viendo como se aleja la eternidad, perdiendo el
horizonte del infinito. Y ésta implosión mental, asesinando la perspectiva, las
ganas de resurgir.
Poco a poco el odio, esa bestia silenciosa que detesta, que
excluye, que domina. Nada fuera de lo que creo vale. Opinión omnipotente y
definitiva.
No me gusta lo que dices, lo que escuchas, lo que haces.
Es ridículo lo que haces, lo que escuchas, lo que dices.
Tu existencia es un error, un soberano error.
Te imagino como un payaso, un títere sin voluntad, movido
por hilos podridos, pendiendo de la mano deforme del titiritero miope y tarado,
que a su vez depende y surge de la porquería externa que hace tiempo nos invadió,
como vomito nauseabundo escurriendo sobre nuestro patio limpio, aquel que
alguna vez fue un bello lugar.
P.D. El texto sin justificar me vale madres.
Eduardo Lemus