SB 1070 y otros bichos
Estamos ante la entrada en vigor de la ley SB 1070, en el estado de Arizona (EE.UU.), mediante la cual se criminaliza a los indocumentados, permitiendo la detención, de hecho obligando a la detención, de todo aquel que por su aspecto, parezca inmigrante ilegal.
Justo unas horas antes de empezar a operar dicha ley, una juez suspende temporalmente tres partes fundamentales de ésta, mismas que son, precisamente, las que criminaliza por el solo aspecto a los migrantes, habrá que esperar.
Y en este marco, es ya, de risa, la hipocresía manifiesta del ejercito de voceros, funcionarios menores y mayores, de la cancillería mexicana, quienes no dudan en declarar su intención de coadyuvar en la suspensión de la ley completa, y digo hipocresía, porque resulta que es en este territorio, en donde se cometen una cantidad enorme de violaciones a las garantías individuales, de los migrantes centro y sudamericanos, quienes a parte de correr el riesgo de quedar mutilados por las condiciones del viaje, de trampa, son objeto de humillaciones, violaciones y robo por parte de las diferentes corporaciones policiacas de este país.
Además, esos mismos funcionarios de que hablamos, no dudan en argumentar que los artífices del ambiente de persecución en los EE.UU. son los grupos de derecha e incluso ultraderecha incrustados en el aparato de poder de dicho país, siendo que acá, de este lado, la izquierda es sometida a persecución y represión sin tregua, y me refiero a la verdadera izquierda, no a la otra derecha disfrazada de izquierda tras el membrete de los partidos politiqueros.
También dicen sin inhibición alguna que, la tal ley SB 1070, es inconstitucional, cuando, una de las principales causas de la migración, son los anticonstitucionales salarios que de este lado se perciben, y eso, si toca la suerte de tener trabajo, en un país cuyo gobierno, no duda en proceder anticonstitucionalmente si a sus intereses o a los de sus patrocinadores conviene.
La persecución hacia los latinos en EE.UU. es una constante, y bastan como ejemplo las recientes muertes de mexicanos a manos de la policía fronteriza, una de ellas, incluso, en territorio mexicano y en contra de un menor de edad, situación a la que, muy poco o casi ningún interés han mostrado las autoridades mexicanas, ni las del resto de Latinoamérica, salvo el interés que dura el tiempo en que los reflectores de los medios apuntan hacia ellos.
Por eso pues, no nos engañemos, la solución del problema, la tiene la gente que lo padece, junto con la solidaridad del resto de la sociedad civil, de allá y de acá.
Contra la ley SB 1070 y en solidaridad con aquellos a quienes la esperanza de una vida mejor les alejo de su familia.
Justo unas horas antes de empezar a operar dicha ley, una juez suspende temporalmente tres partes fundamentales de ésta, mismas que son, precisamente, las que criminaliza por el solo aspecto a los migrantes, habrá que esperar.
Y en este marco, es ya, de risa, la hipocresía manifiesta del ejercito de voceros, funcionarios menores y mayores, de la cancillería mexicana, quienes no dudan en declarar su intención de coadyuvar en la suspensión de la ley completa, y digo hipocresía, porque resulta que es en este territorio, en donde se cometen una cantidad enorme de violaciones a las garantías individuales, de los migrantes centro y sudamericanos, quienes a parte de correr el riesgo de quedar mutilados por las condiciones del viaje, de trampa, son objeto de humillaciones, violaciones y robo por parte de las diferentes corporaciones policiacas de este país.
Además, esos mismos funcionarios de que hablamos, no dudan en argumentar que los artífices del ambiente de persecución en los EE.UU. son los grupos de derecha e incluso ultraderecha incrustados en el aparato de poder de dicho país, siendo que acá, de este lado, la izquierda es sometida a persecución y represión sin tregua, y me refiero a la verdadera izquierda, no a la otra derecha disfrazada de izquierda tras el membrete de los partidos politiqueros.
También dicen sin inhibición alguna que, la tal ley SB 1070, es inconstitucional, cuando, una de las principales causas de la migración, son los anticonstitucionales salarios que de este lado se perciben, y eso, si toca la suerte de tener trabajo, en un país cuyo gobierno, no duda en proceder anticonstitucionalmente si a sus intereses o a los de sus patrocinadores conviene.
La persecución hacia los latinos en EE.UU. es una constante, y bastan como ejemplo las recientes muertes de mexicanos a manos de la policía fronteriza, una de ellas, incluso, en territorio mexicano y en contra de un menor de edad, situación a la que, muy poco o casi ningún interés han mostrado las autoridades mexicanas, ni las del resto de Latinoamérica, salvo el interés que dura el tiempo en que los reflectores de los medios apuntan hacia ellos.
Por eso pues, no nos engañemos, la solución del problema, la tiene la gente que lo padece, junto con la solidaridad del resto de la sociedad civil, de allá y de acá.
Contra la ley SB 1070 y en solidaridad con aquellos a quienes la esperanza de una vida mejor les alejo de su familia.
Ni un paso atrás.
Eduardo Lemus
