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lunes, 24 de agosto de 2009

Carta abierta a Kalvellido

El día de ayer (23/08/09) se publicó en el sitio de internet de “Kaos en la red” un dibujo de Kalvellido con el titulo Globalización del poder, el cual genero una serie de ataques personales hacia su autor.


24 de agosto de 2009




Estimado Juan:


Conocí tus dibujos por primera vez en “Ekintza Zuzena”, una revista de lo mejor que nos llegaba desde España, y no es exagerado decir que me identifique de inmediato con tu trabajo, tal vez sea por que pertenecemos a la misma generación o porque crecí con el punk de tendencia libertaria, o porque comulgo con esa ídem corriente de pensamiento, no sé, el caso es ese, que me reconocí en tus viñetas -en ese tiempo monocromáticas-.


Más tarde ya en la brega del trabajo comprometido, en los colectivos, los fanzines, las movilizaciones por esto y por aquello, ya con más años al hombro pero con las mismas ganas de no quedarse callado, logramos realizar una modesta revista más cercana al fanzin que se llamaba “Margen” y te envié un ejemplar o dos no lo recuerdo y tú me enviaste tu primera compilación llamada “Las kosas ke nunca mueren”, recuerdo haberla disfrutado mucho; en fin, fue algo muy grato saber de alguien a quien te pareces o más bien a quién crees parecerte, y aún sigue sucediendo.


Ayer uno de tus dibujos publicados en “Kaos en la red” generó, más que un debate, una serie de ataques que a su vez fueron contestados y en los cuales incluso me vi involucrado, en fin a lo único que esto llevó fue a tu separación de esta publicación virtual. Y esa es la razón de estas letras, dejarte mi solidaridad sin más, ya que desde este rincón es lo único que podría darte (y una mala impresión, por supuesto…), en fin decirte que es muy cabrón tener que lidiar día a día con la realidad velada, con las verdades a medias aceptadas por casi todos, ver que la gente es más feliz si les mienten, si se oculta lo que no les gusta ver, que se prefiere tener dos ideas concretas bien fincadas, que una multitud de realidades revoloteando a su alrededor, muchas de ellas desagradables pero más reales que la mitad de su mundo, y tú inadaptado diciendo siempre la frase inoportuna, la que no viene al caso, el comentario ininteligible, la herejía más extraña, porque la vida ya está escrita y tiene sus verdades inamovibles y son verdades porque, eso, todo mundo lo sabe, y eres un idealista o un loco o un ignorante o todo al mismo tiempo y las cosas las haces o las dices solo por molestar, por llamar la atención, aunque, en realidad tu casa sea el ostracismo, la marginación. Moverte a paso lento queriendo hacer algo para que tu realidad sea mejor, es una pérdida de tiempo, pero tú sabes que vale la pena, aunque muchos de ellos no. Estar rodeado de gente que cree que en toda acción hay un interés personal de lucro y si no es así, entonces, ¿por qué lo harías?


Del otro lado están los compañeros de viaje, esos que se pasan la vida hablando de revoluciones que ellos personalmente nunca harían, esos que saben los vericuetos de la teoría y los pormenores de toda acción revolucionaria, que trabajan (por lo menos aquí) de burócratas mamando leche del erario, sin pena alguna, que viven atados al símbolo, a la boina, a la fecha onomástica, a la efigie del héroe y al gurú ideológico. Y que creo, jamás podrán entender, porque tú crees que la libertad no puede estar encapsulada en las delimitaciones de una religión por mas atea que esta sea, porque de lo que se trata es de enaltecer la vida, de liberar todos y cada uno de esos pequeños mundos que a diario sueñan con existir y no de encumbrar un nombre, un símbolo una ideología solo para que el día de mañana puedan demostrar que tenían razón y embarrarles a los otros su error en la cara.


Salud y ni un paso atrás Juan.



Eduardo Lemus.



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